Sin duda hablar de los trangénicos, implica analizar uno de los mercados mas recientes y resultantes del proceso de globalización capitalista; "Se presenta en sociedad como un producto de la ciencia, tecnología y capital puesto al servicio del bienestar humano"(1)
Pero este singular mercado "innovador", que deriva de la biotecnología, tiene varios años en desarrollo, siendo la fase más importante para su sostenibilidad el ingreso significativo al mercado, este ingreso equivale a introducción de manera masiva, se calcula más de 30 millones de hectáreas de cultivos transgénicos (90% en EEUU y Canada), en América Latina es Argentina el país con mas cultivos transgénicos (principalmente la soja).
La agresividad del mercado se sustenta en aquellos cultivos con mayor propensión a la masificación (condiciones edafológicas basicas), en la actualidad se cuenta con mas de 50 variedades de transgénicos, resaltando como los mas importantes, papa, maíz, soja, algodón y tomate. estas con diferentes características modificadas genéticamente, algunas variedades con mayor resistencia a las sequías, heladas, plagas, enfermedades, herbicidas (soja).
Estas variedades genéticamente alteradas, al pertenecer a una industria con altos costos, son pocas las empresas que pertenecen a este mercado (principalmente provienen de EEUU), se calculan no más de 10, resaltando agroindustrias Dupont y Monsanto aquellas que dentro de EEUU estan enfrascados en conflictos y denuncias de malas practicas y monopolios.
Un alcance importante referente a las variedades transgénicas cultivadas en los EEUU, es que estas no están destinadas al consumo humano, sino mas bien a la industria (biocombustibles) y alimentación animal.
En el Perú el ingreso de cultivos altoandinos como la Papa transgénica, tendría como destino el consumo humano, siendo aún incierto los efectos en la salud humano el consumo de estos productos, y una cuestión no resuelta (reglamento de bioseguridad).
Los efectos estudiados y comprobados en los países con mas números de hectareas instaladas de variedades transgénicas apuntan a la perdida de biodiversidad y efectos negativo en la ecología, solo como referencia en Argentina las "bondades" de la soja transgénica en cuanto a la resistencia a un herbicida producida además por la misma industria que produce la variedad transgénica de soja, ha producido efectos negativos en otras especies que no resisten este herbicida, la cantidad necesaria del herbicida se ha duplicado en los últimos años para la misma semilla, además de la tendencia marcada a los monocultivos.
Sin duda el apresuramiento en abrir las puertas de este tipo de variedades en nuestro país pasa por una cuestión de maximizar las ganancias de este grupo monopolico, que se aprovecha de la debilidad institucionalidad del país para enfrentar los retos que demanda el bienestar colectivo y no de pequeños grupos.
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