John Tarazona Magister en Políticas Sociales UNASAM
Sin duda un curso de pre grado en la escuela de economía que me pareció vital en mi formación profesional fue el curso de economía ambiental, en este curso un tópico que estudiábamos era la economía de los recursos naturales en el cual se plantea desde la perspectiva de la teoría económica la confrontación de elementos de la escasez y la producción sobre la base de la utilización de los recursos, esto significa responder como la producción de bienes y el uso de los recursos escasos se combinan óptimamente sin afectar le producción futura.
Recordemos que uno de los principios básicos en la teoría económica sustenta que la asignación de los recursos escasos eficientemente se logra a través de mercados competitivos (criterio de Pareto), ello significa que los precios relativos de los recursos reflejan los costos de oportunidad de cada uno de los recursos. En términos microeconómicos esto significa, equilibrio de mercado bajo el criterio de Pareto maximiza el excedente de los productores y consumidores, pongamos un pequeño ejemplo, consideremos parte de la selva amazónica, con dos opciones de utilización, se puede talar y usar el suelo para cultivar Maíz y producir biodiesel o usar el bosque para actividades de turismo no convencional (turismo ecológico), en este punto el grado de análisis sobre la decisión optima se relaciona con el beneficios en términos monetarios relativos y el análisis sobre el costo de oportunidad, aquí podemos explicar los famosos fallos de mercado, en el caso de la producción del biodiesel tenemos que el precio promedio $ 872 dólares por tonelada, por el cual podemos analizar su valor económico y hacer comparaciones referidas al costo de oportunidad, mientras que en el caso del desarrollo del turismo ecológico el cálculo sería un aproximado de su valor económico lo cual no reflejaría correctamente dicho valor y su respectivo costo de oportunidad dando lugar a asignaciones y combinaciones ineficientes, todo ello resultante de los fallos de mercado, es por ello una de las cuestiones más importantes del análisis de la economía ambiental y la economía de recursos, dentro de las múltiples causas de los fallos de mercado quiero proponer en el análisis lo referido a los bienes públicos, recuerdo aquella frase utilizada en alguna ponencia que decía “lo que es todos, es de nadie”, algo similar ocurre en el análisis económico, aquí estamos hablando de bienes no rivales ni excluyentes en su consumo, lo cual significa en principio que el valor social de ese bien es la suma de lo que pagarían todos los individuos dado que no hay rivalidad con otro bien sustituto (dada la no existencia del bien sustituto directo) cual es el valor económico comparado de un bosque de quenuales a una maquina de realidad virtual catalizadora de co2 y receptora de la misma biodiversidad por supuesto no existente , en segundo lugar la provisión o consumo de la misma no sería la optima debido a la no existencia de derechos de propiedad.
En nuestro caso los grandes problemas que acusa nuestros recursos naturales están muy relacionadas a la propiedad pública o en algunos casos propiedad comunal, en las cuales grandes extensiones no utilizadas por los aborígenes o pueblos de la selva se convierten en suerte de tierra de nadie, produciéndose una analogía simplista en el estado sobre la propiedad pública concesionándolas para explotación privada cuyo análisis de valor económico y bienestar nos es comparada frente al uso alternativo de esos espacios y recursos naturales, dado los problemas de no rivalidad y no exclusión de los recursos a consumir, creo que ahí hay mucho que hacer dentro de la teoría económica y los profesionales del ramo, en principio comprender estos fallos de mercado y proponer alternativas orientadas a proponer relaciones de titularidad de los recursos y el uso eficiente de estos por sus propietarios (comunidades selváticas), promover mercados más eficientes a través de la valoración económica de sus recursos, generando rivalidad en su consumo, esfuerzos como la valorización contingente, precios hedónicos se han planteado en la teoría económica, sin embargo hay mucho más que investigar y aplicar en la práctica para lograr decisiones más eficientes en el uso de nuestros recursos naturales.
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